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  Lunáticos
  Primera Temporada
 

Nuestra Historia comienza en el Inicio Mismo de las Vacaciones de Invierno. Un lunes normal, un Joven mas o menos normal jugaba Videojuegos cuando un Aviocito de Papel lo lanzo a las Aventuras mas Alocadas de su Vida...

Capitulo Uno: “Un Amigo de Papel”

 

Abrió los ojos, lentamente, y comprobó que estaba sumido en la oscuridad. Finos trazos rasgaron al papel, a la vez que visualizaba algo más allá del lugar en el que se encontraba. ¡Una salida! ¡Se convertiría en el primero en escapar! La nebulosa que lo rodeaba tomo forma y una puerta apareció de la nada.  Decidió atravesarla, y al hacerlo, sus sentidos se activaron. Una delgada hoja ocupaba espacio en ese nuevo Mundo. Ahora era obligado a convivir en un contorno real y preciso, entre los seres que lo habían creado. Pero, ¿Cómo había logrado abandonar la Dimensión?

 

El momento crucial había llegado. El Capitán Escarlata lo sentía, estaba inundado en emoción por su inminente victoria. Después de tantos esfuerzos, tantas peripecias, su misión iba a finalizar. Atravesó otro puente, tratando de divisar algo entre las sombras que lo rodeaban. Detectó hordas alienígenas, las cuales se abalanzaron sobre él, quien las liquido con hábil destreza ganada en la experiencia. Dispuesto a avanzar, se topo con su más temible adversario. El Señor Némesis lo aguardaba al final de su travesía. Allí estaba, después de todos los tormentos que le había echo padecer, con su cínica sonrisa y mirada desquiciada. Ya no existían súbditos que  se enfrentaran por él, ni refugios o escapatorias posibles. Había llegado el momento donde librarían su enfrentamiento decisivo, en el que el Señor Némesis pagaría por sus crímenes. Ambos guerreros luchaban a muerte. Finalmente, cuando la victoria estaba a punto de inclinarse ante el Capitán Escarlata, un desprevenido muchacho grito de dolor.

-¡Ay!-. Absorto como estaba en su videojuego, no se percato del proyectil que con toda puntería fue a parar a su ojo. Antes de poder localizar el motivo de su interrumpida batalla, su computadora bramó GAME OVER. El letrero estaba ahí, flotando en la pantalla, recordándole como todo su esforzado desempeño se había reducido a la nada tras ese instante de distracción.

Sumamente fastidiado y desilusionado, su vista recorrió la desaliñada habitación, donde hasta hace poco peleaba encarnando al héroe virtual Capitán Escarlata. Entre los desordenados pliegues de su cama, resaltaba una hoja manuscrita, la misma que había penetrado en su ojo en forma de avioncito de papel.

La tomo con indignación. Una nota escrita apresuradamente proclamaba:

 

Ayuda, por favor

 

En su reverso, estaba dibujado a lápiz el rostro de un muchacho que lo miraba, intrépido, a través de sus gafas para el sol. Preguntándose quien estaría tan desesperado como para solicitar su colaboración mediante tan extraña misiva, arrojo el papel a un lado como quien se desprende de una telaraña. Estaba decidido a proseguir con las andanzas virtuales del Capitán Escarlata, y un papel salido de quien sabe donde no lo distraería de su objetivo

Pero grande fue su sorpresa cuando una voz estridente le reclamo:

-¡Te acabo de decir que por favor me ayudes!-la alterada voz incorpórea continuó-. ¿Es que acaso no sabes leer? ¡Dale, ayudame, no querrás que te pinche el otro ojo!

El muchacho se percato de que era la estrujada hoja la que lo increpaba de ese modo. Como si la situación no fuera ya lo bastante rara, el peculiar trozo de papel  adopto nuevamente la forma de un avión de papel, dispuesto para atacar a su anfitrión.

-¿Qué… se supone que sos vos?-la entrecortada voz del muchacho denotaba conmoción, aunque delataba mas curiosidad que temor.

-Mi nombre es Jack’s, y soy un Amigo Imaginario-le contesto el papel-. ¡Colorea mis lentes que así no veo nada! ¡La mujer que me diseño no tuvo tiempo de terminarme!-le exigió enérgicamente.

El muchacho se acerco un poco a mas al rostro plasmado al papel, que lo examinaba con ansiedad. Al comprobar que el supuesto Amigo Imaginario era inofensivo, tomo un lápiz de su mesita de luz, y obedeció la petición del personaje.

Tras unos breves instantes, la curiosidad del chico no resistió y pregunto, algo atolondrado:

-A ver, “Jack’s”. ¿Me podes decir como llegaste hasta mi casa?

A manera de respuesta, Jack’s inquirió bruscamente:

-¿Cuáles son tus iniciales?

-Ese, ve-deletreo el aludido.

-Entonces así te voy a denominar a partir de ahora, Eseve.

-¡Pero si yo ya tengo un nombre!-se quejo el muchacho ante ese apodo singular.

-O sos Eseve, o no sos nada-asevero el personaje-¡Ahora serás Eseve!-dijo Jack’s imponiendo su autoridad, tras lo cual comenzó a relatar su historia.

-La mujer que me imagino, no termino de trazarme en el papel porque un hombre la interrumpió-Eseve podía imaginarse a un sujeto entrando con violencia en la habitación.

-Él debía de ser peligroso, porque ella me convirtió en un avioncito de papel, mientras me decía “Jack’s, escapa y pedí ayuda, no te olvides de tu Mansión Luna”.

Volé con mi nueva forma, esquivando a ese sujeto. Logre escapar de la Mansión a través de una ventana. Y entonces…-el personaje se interrumpió, dudando. Al no encontrar palabras para expresarse, decidió continuar.-Y, volando, el viento me trajo hasta este lugar.

-Ya veo-dijo Eseve ante el misterioso relato-¿Te acordas algo de esas personas?

-No-repuso Jack’s-.Yo no podía ver, porque mis lentes de grafito estaban rajados-y Eseve recordó como le había dado forma a las gafas hacia unos minutos.-Aunque reconocería sus voces de volverlas a oír-agrego el papel animado.

-En fin, ¿Vas a ayudarme, Eseve?-Un dejo de ilusión se asomaba en la voz de Jack’s.

Eseve lo reflexiono un rato. Sus vacaciones de invierno acaban de empezar, desligándolo de toda tarea o deber, pero el Amigo Imaginario le estaba encajando obligaciones adicionales completamente inesperadas. Aunque un halo de misterio rodeaba todo el asunto, y moriría antes de rechazar la posibilidad de vivir autenticas andanzas similares a la del héroe digital Escarlata. Después de todo, no todos los días llegaban avioncitos imaginarios con ansias de aventura. Se dirigió al trozo de papel con seria determinación inusual en él.

-Esta bien, Jack’s, pero ¿Cómo pretendes que te ayude?-le cuestiono al Amigo Imaginario.

-¡Tenés que llevarme de vuelta a la Mansión!

-¡Y yo que se donde queda!

-Conozco el camino; mi instinto nos guiará-aseguro Jack’s con convicción. Y repentinamente adopto la forma de avión de papel, preparado para partir sin esperar más.

-¡Esperame! ¡Jack’s!-el apodado Eseve dio un vistazo a su cuarto, en busca del lápiz con el que arreglo los lentes del Personaje. No había tiempo que perder, tenían una misión para emprender. Garabateo una nota a su hermana para avisarle de su ausencia y salio apresuradamente del hogar.

-¡Esperame! ¿Adonde estamos yendo?-indago, pero el personaje no le hacia caso-¡Jack’s!-.

El Amigo Imaginario lo hizo correr cuadra y media, deteniéndose en una esquina.

-¿Cómo vamos a ir hasta la Mansión?-inquirió, exhausto, Eseve.

-En colectivo-le respondió el avioncito, a la vez que daba una voltereta en el aire.

-¿En colectivo?-repitió Eseve, sin dar crédito a la sencilla respuesta del Amigo Imaginario, y asevero-Jack’s, estas loco.

Sin detenerse a explicarle a Eseve que no era él quien estaba persiguiendo hojas animadas, el personaje de papel simplemente vio el colectivo que los acercaría a su nuevo destino, y añadió, con ironía:-Si vos, crédulo amigo, lo decís…

Ambos ocuparon su lugar en el transporte, Jack’s, muy decidido a cumplir su misión, y Eseve, bastante confundido, sin imaginar que esa decisión los llevaría a las mas extravagantes e inesperadas aventuras de sus Vacaciones.

 

Capitulo Dos: “Un Viaje con Kenny”

 

Cuando atravesó la imprecisa frontera entre lo real y lo ideal, un mundo de sensaciones creció en torno a él. Podía percibir voces desconocidas, que lo llamaban por su nombre. Se percato de que debía de ocupar espacio físico en esa nueva realidad; la hoja de papel donde estaba situado seria su medio de  transporte. Ahora que había dejado de ser una idea incorpórea e inconcisa, se dispuso a abandonar aquel lugar. No tardaría en darse cuenta que las intenciones de sus creadores eran completamente distintas al anhelo de libertad con el que había salido de la Dimensión…

 

Kenny era un joven entusiasta por excelencia. Incluso tras haber esperado tres cuartos de hora en aquella miserable parada, aun albergaba la esperanza de la llegada decisiva del colectivo con una amplia sonrisa. A la distancia uno notaba que era un muchacho alegre y feliz. Sin embargo, un dejo de impaciencia se asomo en su rostro; consideraba un verdadero desperdicio no emplear esos minutos libres leyendo alguno de los libros que traía consigo desde la Biblioteca. Tras haber pasado horas y horas archivando información en su mente, debía regresar a su hogar, para alimentar su insaciable sed de conocimiento.  

Nicolás Porta (tal era su nombre de nacimiento) había sido bautizado con el alias de ‘Kenny’ debido a su parecido con cierto personaje denominado de la misma manera, el cual también pasaba el tiempo leyendo revistas de divulgación científica y textos escolares. Esta afición acompañaría a Kenny desde temprana edad, enriqueciéndose al leer, ansioso, enormes libros en cuestión de horas.  

Nuestro niño genio crecía resolviendo cálculos complejísimos con rapidez; formándose con un lector modelo y destacándose en el Colegio.  Pero Kenny no se quedaba con las formulas teóricas que extraía de sus libros, sino que disfrutaba enormemente experimentar con sus conocimientos adquiridos. Solía cazar insectos, para examinarlos, como lo haría un autentico entomólogo. Por la noche, se deleitaba admirando constelaciones y demás cuerpos celestes mediante su infaltable telescopio. También era un fanático de la informática, que se regocijaba consumiendo horas en descargas de programas y aplicaciones en su computadora portátil. Entre otros de sus pasatiempos, el joven intelectual armaba y desarmaba los artefactos eléctricos de su casa, entretenimiento que perturbaba la tranquilidad de su madre y sus dos hermanos.

Más allá de sus actividades paralelas, el proyecto mas ambicioso del muchacho consistía en construir un robot completamente automatizado, dotado de increíbles aplicaciones e Inteligencia Autónoma, plan para el cual había estado investigando en la Biblioteca. Tras haber reunido la información suficiente sobre componentes electrónicos e instalaciones por el estilo, estaba a punto de dar por terminado su proyecto tan anhelado. En fin, Kenny era un joven genio instruido en amplias disciplinas, y su vida era básicamente normal, hasta el momento en que sus caminos se cruzaron con los de Jack’s y Eseve, dándole un giro inesperado a los acontecimientos.

Cuando Eseve distinguió al joven que acababa de ingresar al transporte, su primera impresión fue que él debía de ser un sabelotodo acostumbrado a ser el primero de la clase. El muchacho lucia grandes anteojos que combinaban con el cuello extrañamente torcido de su camisa celeste. Del mismo modo, su puntiagudo cabello color castaño concordaba perfectamente con su grisáceo pantalón de vestir. Con sonrisa amistosa, el joven le dio los buenos días al chofer (por cierto, sin recibir respuesta) y ocupo el asiento vació entre Eseve y un muchacho de enrulado cabello rubio y expresión adusta.

-¡Que tal!-saludo el recién llegado, que no podía ser otro que el mismísimo Kenny. Y pregunto con su voz aguda e infantil-¿Puedo sentarme acá?

El chico rubio lo miro de arriba abajo con desprecio, sin decirle nada. Eseve hizo un gesto que podía interpretarse como que le daba lo mismo. Kenny no lograba conocer personas sin establecer lazos de amistad, por lo que evaluó la situación y se dirigió al silencioso chico rubio, tratando de ser cortes:

-Me llamo Nicolás, pero todos me dicen Kenny-el chico rubio lo miro con desdén, incapaz de asimilar la asociación entre nombre y apodo, y decidió ignorarlo. Kenny probó entonces con Eseve:

-¿Cómo te llamas?

-Mi nombre es…-comenzó el joven que había sido apodado como Eseve, pero un papel lo interrumpió:

-¡Se llama Eseve!-grito Jack’s, y se dirigió a su custodia-¡Habíamos acordado que ese seria tu nombre ahora!

Kenny miro con asombro hacia todos los lugares posibles, tratando de descubrir de donde habría salido esa voz. Incluso el chico rubio los miraba ahora con vehemente curiosidad.

-Y yo soy Jack’s, mucho gusto-saludo el dibujo, ante la miraba de desesperación de Eseve.

-¡Guau! ¿Qué es eso?-Kenny  nunca había visto nada igual. Desde la hoja de papel que Eseve llevaba en sus manos, el rostro animado de un joven le sonreía.

-¡Increíble!-dijo Kenny, admirado. El chico rubio los examinaba sin dar crédito a sus ojos, mientras que Eseve no sabia donde meterse. Intentaba en vano cubrirse con sus brazos. Se suponía que no deberían descubrir la existencia de Jack’s en el transcurso de su misión.

-¿Cómo es posible?-Kenny no les quitaba la vista de encima. Jack’s había logrado captar su atención. Rindiéndose, Eseve trato de explicarle su situación a Kenny:

-Es una larga historia…-comenzó con tono desalentador, mientras Jack’s volvió a entrometerse:

-No, no es verdad-desmintió el personaje-Se justifica simplemente con el hecho de que soy un Amigo Imaginario…

-¡Un Amigo Imaginario!-exclamo Kenny-¡Por supuesto!-y se tomo el asunto con naturalidad, sin indagar más en aquel extraño caso. El muchacho rubio, sin embargo, no les quitaba la vista de encima. Tratando de desviar la conversación, Eseve le pregunto a su compañero de viaje:

-¿Y hasta adonde viajas, Kenny?

-Hasta Avellaneda-replico el aludido.-Vuelvo a mi casa. Mi mamá y mi hermanito me están esperando.

-¿Así que tenés un hermano menor?-se intereso Jack’s.

-Yo tengo una hermana melliza-intervino Eseve,-aunque no nos parecemos en nada.

-En realidad tengo dos-aclaro Kenny-. Yo soy el del medio. Mi hermano Santiago es el mayor.

-¿Y a que se dedica?-quiso saber el Personaje.

-Eh… esta en el extranjero, haciendo…-Kenny titubeo, dudando un segundo antes de continuar:

-Turismo, es guía de turismo-aseguro en un tono para nada convincente. Antes de que alguien pudiera agregar algo más, el chico les propuso darle color a la hoja donde Jack’s estaba plasmado, mediante su computadora portátil. Jack’s accedió a la sugerencia, y Kenny comenzó a teñir de negro sus erizados cabellos, a la vez que el rostro de Jack’s adquiría un tono rosa pálido.

Cuando Kenny acabo su labor, Jack’s decidió sincerarse:

-Tenemos importante que cumplir con un compromiso importante: Llegar hasta la Mansión Luna, que esta situada a media cuadra de la Plaza Alsina.

-¡En media cuadra!-se asombro Eseve-. ¡Pan comido Jack’s! Solo tengo que llevarte con tu creadora y listo, así de fácil.

-¿Creadora?-pregunto Kenny, confundido. Y Jack’s prosiguió con las explicaciones.

-Me escape de dicha Mansión, pero ahora tengo que volver, porque mi creadora, sea quien sea, se encuentra en grave peligro.

-¡Pero si mi casa esta muy cerca de la Plaza Alsina!-se entusiasmo Kenny-. ¡Pueden contar conmigo si necesitan mi ayuda!

-¡Genial! Gracias Kenny-dijo Jack’s.

-Cuantos más, mejor-tercio Eseve.

A medida que el colectivo se acercaba mas y mas a la Plaza Alsina, se hacia mas evidente la impaciencia del muchacho de rulos rubios, que los observaba con recelo. Y cuando se dispusieron a bajar del transporte, los imito.

-A ver, Jack’s- averiguo Eseve-¿Dónde queda exactamente esa Mansión?

-Dudo mucho que eso importe-lo interrumpió una voz chillona. Al darse vuelta, los tres se percataron de que el muchacho rubio los miraba fijo, apuntando a Eseve con un revólver.

-¡O se quedan quietos y en silencio, o como que me llamo Lucas Báez que caen muertos al suelo!-les espeto con vehemencia.

Kenny soltó un gemido de temor, Eseve intercambio una mirada nerviosa con Jack’s. Ahora que las cosas empezaban a complicarse, parecía que su misión no iba a ser tan fácil de realizar después de todo.  

 

   

Capitulo Tres: “Ezequiel al Rescate”

 

Ya estaba decidido. Si había logrado escapar de la Dimensión, del mismo modo podría huir de la Mansión. Una vez que reuniese las fuerzas suficientes, abandonaría aquel lugar, burlándose del Tipo Oscuro que trataba de detenerlo. Y, al salir, emprendería la búsqueda de los Otros, rescataría a su Creadora y se encargaría del designio que le fue asignado. Después de todo, no le habían otorgado gratis su anhelada libertad. Debía ganársela cumpliendo los deseos de su cautiva Creadora y el enigmático Tipo Oscuro que tanto se entrometía en la Huida de la Mansión.

 

No les costo mucho imaginar lo que ese tal Báez se traía entre manos. Eseve ya había notado la codicia en los ojos del delincuente; Kenny estaba al tanto de la ansiedad con la que escrutaba la hoja donde Jack’s estaba plasmado; y el Amigo Imaginario podía percibir el sospechoso aura de malas intenciones que rodeaba al intimidante individuo.

-¡Entréguenme ese papel!-les exigió Lucas Báez-. ¡Vamos, rápido!-los apuro empuñando su arma de fuego y entornando con malicia sus diminutos ojos negros.

-¡Pero…! ¿Por qué lo queres?-se atrevió a protestarle Eseve. Kenny soltó otro gemido de temor.

-¡Es… es algo mágico!-les espeto Báez. Y realizando lo que pareció un gran esfuerzo mental, añadió:-¡Lo quiero porque debe valer una fortuna como fenómeno!-. El ladrón parecía creer que el asunto era más que evidente, así que subrayo su amenaza:

-¡Solamente quiero esa hoja mágica!-y sacudió su arma, impaciente. Kenny soltó un chillido:

-¡Por favor, no nos mates!-le suplico el joven, desesperado.

Báez se quedo absorto en sus pensamientos, tratando de decidir su próximo acto. Eseve echo un vistazo a ambos extremos de la calle. Y un vació lleno su ser: nadie concurría a esa hora ni podría acudir en su auxilio en esa situación dramática.

-¡Ya te dije: sólo quiero esa hoja, nada mas!-les repitió, aunque impaciente, Báez se relajo un poco ante la embriagadora sensación de poder y agrego, placentero:-Aunque esa PCTron Pi-5 que tenés tampoco me vendría mal…-y escruto la Computadora Portátil de Kenny con codicia. Eseve estaba cada vez mas desesperanzado al ver que nadie estaba allí para rescatarlos de su infortunio. Jack’s parecía estar concentrado en sus pensamientos y no le concedió ni una palabra de esperanza.

Impulsado por alguna extraña idea reciente, Báez partió de su estado inactivo y les ordeno:

-Caminen… ¡Nos vamos para la Plaza Alsina! A ver si ahí se aclaran un poco sus ideas y piensan mejor en lo que van a hacer... No sea cosa que tenga que usar métodos mas persuasivos en la negociación-al decir esto, palpo su revolver y los insto a cruzar por la desierta Avenida.

En la Plaza los sentó en un banco, y, enfrentándolos cara a cara, retomo su tarea amenazándolos con su odiosa voz cargada de rabia e impotencia:

-¡Denme esa hoja mágica de una vez por todas!

En ese entonces, un muchacho de cabello negro y expresión de hartazgo y desdén comenzó a frenar su trote con cada vez mas desgano, dándolo por terminado al caer rendido en un banco frente al Monumento a Avellaneda de la Plaza Alsina. Enormes gotas de sudor se deslizaban por su rostro, que agotado y extenuado como estaba, le lanzo una furibunda mirada al niño que paso a su lado disfrutando de su refrescante gaseosa. Trato de localizar a algún vendedor de helados por la zona; siempre aparecían cuando el los necesitaba. Pero esta vez su sondeo resulto infructuoso. La sed avanzaba, implacable, por su arenosa garganta, reclamándole a gritos algo de beber. Al joven le parecía que iba a morir deshidratado si no actuaba pronto. Se le ocurrió la alternativa del bebedero de la Plaza, la cual descarto casi automáticamente en un arrebato de arrogancia: él se sentía orgulloso de ser un digno aprendiz de karate incapaz de sucumbir a la sed por unas miserables gotas provenientes de un lugar tan poco recomendable como el Bebedero Publico; no podía permitirse el caer tan bajo para satisfacer su inoportuna sed.

<No-pensó el muchacho-, tarde o temprano ese condenado heladero va a aparecer>. Y se quedo esperándolo relamiendo de antemano el sabroso helado de Vainilla y Chocolate que nunca habría de degustar. Cuando el Aprendiz de karate comprendió que la persona predestinada a satisfacer su deseo no vendría, comenzó a maldecir a todo el mundo: al heladero que jamás llego; al inocente niño que le presumió indirectamente su refresco; a la estatua de Nicolás Avellaneda, que lo observaba, imperturbable, desde las alturas de su monumento; al extravagante anciano del cual era discípulo y que lo forzaba a correr como parte del entrenamiento de karate; y a todos y cada uno de los sabores de helado que nunca llegaría a probar.

Si nuestro Aprendiz no hubiese estado tan ensimismado en su egoísta ambición, se habría dado cuenta de la rotunda realidad: nadie vende helados en plena Vacaciones de Invierno. Sin embargo, pasando por alto el calor que sentía impropio de la estación, lo que si distinguió con toda claridad fue las voces de un grupo de tres muchachos que discutían en el banco opuesto al suyo. Aunque los separaba la monumental figura de Avellaneda, los retazos de conversación le llegaron con nitidez:

-Más les vale que me den esa cosa-amenazo el de cabello rubio y enrulado, enarbolando un curioso objeto negro que provoco el pánico de sus dos acompañantes.

-¡Ni mucho menos!-replico el menos asustado, un chico de alborotado cabello negro. Sus espesas cejas se fruncieron al negarse a la petición. El chico rubio maldijo por lo bajo ante el desfavorable panorama y el Aprendiz tuvo que aguzar el oído para enterarse de la nueza amenaza.

-O me dan eso, o…-el rubio hizo un extraño ademán, que escandalizo a un tercer muchacho de anteojos y camisa celeste, de semblante nervioso.

Algo iba mal. Si no se equivocaba, el chico rubio tenia en sus manos un… Pero, ¿era eso posible? De ser así, debía impedirlo, aunque… ¿Cómo no se habían percatado los otros dos que él…?

Una estridente voz juvenil interrumpió el hilo de ideas del Aprendiz:

-¡Nunca me iría con vos!-dijo la voz con repugnancia-¡Tengo una misión que cumplir! ¡Debo salvar a mi Creadora!-. Estas últimas dejaron al ladrón sin habla, sumido en intrigante reflexión, y la voz dijo:

-¡No voy a permitir que vos me impidas concretar mi tarea!

El Aprendiz estaba cada vez mas confundido; no había notado mover los labios a nadie del trío durante el discurso de aquella voz firme y decidida que parecía salir del objeto que uno de ellos sujetaba con afán.

Entonces el que amenazaba a los otros dos levanto nuevamente el objeto que empuñaba y apunto a la hoja del joven de cabello negro. Ahí fue cuando el Aprendiz reconoció el objeto y el peligro que manifestaba y surgió en él el deseo de aplicar la justicia para salvarlos. Rodeo el monumento, aproximándose al trío por detrás, para que no se percataran de su presencia. Más cuando vio de cerca el supuesto arma del muchacho rubio el Aprendiz no pudo reprimir una sonora carcajada, que sobresalto a los jóvenes que, como él, habían sido victimas del engaño de aquel impostor.

-¡¿Quién sos vos?!-exclamaron al unísono Jack’s, Kenny, Báez y Eseve. El ladrón miro fijo al recién llegado y le apunto con su revolver al pecho.

-Ezequiel-respondió el Aprendiz sin inmutarse, a la vez que se apoderaba del arma de Lucas Báez con un hábil y fugaz movimiento. Y agrego, mirando con sorna el objeto teñido de negro mediante algún aerosol-. Y esto con lo que pretendes asaltarlos es una pistola de agua-. Acto seguido apunto con el artefacto plástico a la cara del farsante y el chorro de agua le dio en los ojos al criminal.

Báez, hasta hace poco intimidante y feroz, ahora estaba reducido lastimosamente a una criatura torpe y patética, desprovista del único objeto que le atribuía algo de agallas. Trato de retroceder, la figura de Ezequiel le inspiraba recelo, pero Eseve le hizo una zancadilla y el chico cayo a los pies del aprendiz de karate, el cual lo levanto por el buzo y le espeto al espantado ladrón:

-¡Más te vale que no vuelva a verte por acá haciéndote pasar por un gran estafador porque sino no voy a ser tan considerado y voy a estamparte contra la estatua de Avellaneda!-. Al decir esto lo empujo al suelo.  Báez se levanto, trastabillo y escapo tan rápido como le permitieron sus piernas.

-¡Eh, te olvidabas esto!-grito Ezequiel arrojándole su pistola de agua con tan buena puntería que le dio a Báez en la cabeza. El ladrón lanzo un último aullido de pánico y desapareció entre los matorrales tras las risas del grupo que festejaban como el Aprendiz lo había desenmascarado. -Muchísimas gracias, Ezequiel-dijo Eseve en nombre del grupo-sino hubieras intervenido nunca nos habríamos dado cuenta de la farsa.  

-Si, muchas gracias-dijo Kenny infantilmente. Una vez recuperada la compostura, le tendió la mano.

Se estrecharon la mano ceremonialmente. A Ezequiel parecía gustarle cumplir el rol de héroe.

-Si, si, gracias-interrumpió aquella voz incorpórea que pertenecía a Jack’s-pero nos estamos olvidando de buscar la Mansión. Ezequiel abrió mucho los ojos

-Es verdad-intervino Eseve-. Ese Báez nos retraso bastante. Deben ser las tres de la tarde…

-Son las quince y dieciocho minutos-puntualizo Kenny. Ezequiel los miro a los tres, incapaz de decidir a quien preguntarle sus dudas primero.

-Eh… no quisiera parecer un entrometido pero ¿De que Mansión están hablando?-pregunto Ezequiel con su voz ronca y desinteresada-¿Y esa hoja puede hablar?

Jack’s y Eseve intercambiaron una elocuente mirada y procedieron con la catarata de explicaciones que dejaron asombrado a Ezequiel, quien se entusiasmo con la idea de ser el custodio del Amigo Imaginario y sus acompañantes, por lo que decidió sumarse a la delirante búsqueda de la Mansión.

-¿Y donde queda?-inquirió bruscamente Ezequiel, deseoso de entrar en acción.

-Si, buena pregunta, Jack’s-dijo Eseve-¿Adonde tenemos que ir?

-Acá nomás, la Mansión esta en media cuadra-aseguro el rostro de Jack’s.

-¡Increíble! ¡En marcha amigos!-concluyo Kenny con entusiasmo. Si todo salía bien, la travesía se acabaría en cuestión de minutos, una vez que dejasen al Personaje de Papel en manos de su Creadora. Claro que la Fortuna no les haría las cosas tan fáciles a Jack’s y sus tres escoltas.

Localizaron la Mansión Luna con rapidez, y no pudieron evitar la sensación de desilusión al ver el edificio que se alzaba imponente con su fachada de un color naranja nacarado, decorado con sendas columnas verde limón y tejado azul marino. La pequeña ventana circular a la altura de desván los escudriñaba como el ojo del cíclope que no deseaba visitas. La instalación común y corriente parecía indigna de llevar el titulo de Mansión con sus escasos dos niveles, quedando opacada por la Mansión vecina de enfrente.

Surgió la necesidad de ingresar al lugar, y con ella, llego de improvisto la primera de muchas discrepancias entre Kenny y Ezequiel. Mientras que el primero apelaba al ingenio a la elaboración de complicados e irrealizables planes de ingreso, el segundo pretendía simplificar el asunto implementando la fuerza bruta para echar abajo la puerta verde o penetrar en la morada por alguna de sus múltiples ventanas exteriores.  Al ver que la discusión se volvía eterna tras refutaciones y contrapropuestas, Jack’s le sugirió a Eseve:

-¿Ya probaron abriendo la puerta?-. Para su sorpresa, esta cedió sin oponer resistencia y los jóvenes ingresaron a la Mansión. El lugar estaba completamente oscuro debido a las gruesas cortinas que impedían la llegada de luz por las ventanas. Les costo encontrar la escalera, y Kenny propuso separarse para rastrear la casa abarcando más espacio en menos tiempo. Eseve llevo consigo a la Hoja Jack’s y ambos se internaron en la primer habitación que encontraron. La habitación estaba tan oscura como el resto de la residencia, exceptuando la franja de luz que se dejaba entrever por un resquicio de la ventana; indicio que señalaba que desde la ventana se podía vislumbrar la calle y los domicilios circundantes.

-Estamos cerca-susurro Jack’s casi para si mismo-. Es en este cuarto, puedo sentirlo…

Y entonces la puerta se cerro con violencia a sus espaldas, impidiéndolos distinguir entre las tinieblas. Les llegaron gritos amortiguados desde abajo, posiblemente Kenny y Ezequiel indagando sobre aquel portazo.

-Tranquilo, solo fue una corriente de aire-dijo Eseve, deseando que fuera verdad. Tanteo en busca del picaporte, pero no lo encontró, ya que la puesta solo se abría desde afuera. Se había limitado a relacionar a la vivienda con la creadora de Jack’s, nunca se le había pasado por la cabeza que haría de encontrarse con le sujeto que trato de apresar al Personaje y mantenerlo cautivo junto a la mujer. Se imagino al sujeto acechando en la oscuridad, para luego sorprenderlos donde no debían estar y deshacerse de ellos… El pensamiento le puso los pelos de punta. Su aterrada imaginación parecía hacerle ver a alguien moviéndose en la penumbra. Parecía que Jack’s sentía lo mismo, ya que urgió:

-¡Rápido, fíjate si encontrás velas o algo así en la mesita de luz!-las manos de Eseve tantearon hasta descubrir la manija del cajón. Estaba prácticamente vacío, de no ser por papeles inservibles y una cadena fría y metálica, que parecía emanar un resplandor argénteo en la oscuridad… Logro asirla la brillante cadena que culminaba en una letra Jota plateada y emitía resplandores regulares en las manos del joven.

-Jack’s...-susurro Eseve-¡Mira esto, es increíble!-Y acerco el objeto al papel.  En aquel momento el mundo se olvido de las leyes racionales a las que los hombres lo habían sometido en su aspiración a clasificarlo todo y la física tal como la entendía Eseve huyó despavorida en un hecho extraordinario.

Fue como si el aire se desgarrara, la cadena se unió como imantada a la hoja de papel, ambos flotaron y describieron círculos aéreos hasta ser un solo ente luminoso, que emprendió un último círculo temblando por la habitación hasta caer en el suelo.

Eseve, que se había esforzado por no gritar en el evento, lanzo un alarido de sorpresa al ver como la hoja donde Jack’s había estado dibujado dejo de existir; simultáneamente un joven empezó a brotar del rectángulo luminoso que había dejado el papel; surgiendo primero la cabeza, seguida por el torso y los brazos hasta que la figura entera y corpórea de un muchacho cayo desplomándose al suelo.

El joven Eseve no tuvo tiempo de fijarse en los detalles físicos de la aparición, pero no tenia la menor duda de que era Jack’s quien-mediante algún método inconcebible-había pasado de ser un dibujo a tomar forma humana. Extendió el brazo para ayudarlo a levantarse, cuando una voz alta, potente e increíblemente familiar les hablo con engreimiento al decirles estas palabras:

-Ah, por fin llegaste… Te estaba esperando, Jack’s…

Frente a ellos estaba el Tipo Oscuro que retenía a la creadora del Personaje Imaginario.

 

  

Capitulo Cuatro: “Los Orígenes Secretos de Jack’s”

 

Dejo atrás la Mansión y al Tipo Oscuro con mucha facilidad. Voló por los aires, mientras pensaba en su Misión: reunirse con los Cuatro Pilares que lo aguardaban, ya que sin ellos, no podría retornar a su hogar. La Fortaleza, el Ingenio, la Lealtad y la Sabiduría… Mientras reflexionaba en ellos, el viento lo fue conduciendo hasta un solitario hogar, cuya ventana entreabierta ofrecía la oportunidad de explorar aquel territorio. Adentro lo esperaría un muchacho de alborotado cabello negro, el cual frunciría sus espesas cejas cuando el Avioncito interrumpiese la misión del Capitán Escarlata…

 

Reinaba la sorpresa. Antes de que alguien pudiera decir algo, la puerta se abrió abruptamente, revelando a Kenny y Ezequiel:

-¿Qué ocurrió? ¿Están bien?-pregunto, asustado, Kenny.

-Escuchamos gritos y…-Ezequiel enmudeció. El Sujeto tras ellos descorrió las gruesas cortinas, y pudieron distinguir mejor silueta.

Aquel hombre era apenas mas alto que ellos, sin embargo, su presencia infundía respeto. Llevaba el pelo negro y sin peinar largo hasta el cuello, tapado por un oscuro sombrero hongo. Su astuta mirada quedaba oculta tras unos oscuros lentes oscuros, similares a los de Jack’s. Llevaba bigote y una barbita puntiaguda coronaba su mentón. Y estaba ataviado con un largo sobretodo rojizo.

-¡Pero no los esperaba a todos ustedes!-dijo con su voz profunda y potente.

-¡Vos sos el Tipo Oscuro!-exclamó el renacido Jack’s, apuntando con su dedo índice a aquel Tipo.

Los demás se percataron de la nueva apariencia del Amigo Imaginario y fueron a admirarlo, rodeándolo: Su rostro, pálido, nariz respingada, su cabello negro, largo y erizado hacia el cielo y sus oscuros ojos tras los clásicos lentes ahora poseían un cuerpo propio. Jack’s vestía chaqueta roja, remera anaranjada y jeans azules. La cadena de plata le brillaba colgando en el pecho.

-Jack’s, amigo ¡Sos real!-exclamo Kenny, admirado.

-Si, pero ¿Porque?…-se extraño Ezequiel.

<Definitivamente-pensó Eseve para si-, este no es un lunes normal>

Jack’s no les hizo caso a sus amigos y encaro al Tipo Oscuro:

-¡Vos sos el Tipo Oscuro-repitió con indignación-, que tiene encerrada a mi Creadora!

-¿Acaso te referís a Ana?-y prorrumpió a carcajadas-¿Por qué querría encerrar a mi mujer?

-¿Qué, están casados?-pregunto Eseve.

El sujeto ni lo negó ni lo confirmo, sino que les tendió la mano amistosamente:

-Mucho gusto, yo soy Jacques Tipox-se presento como toda respuesta-.Y creo que necesitan un par de explicaciones.

<<En primer lugar, yo no tengo capturada a Ana y tus amigos lo saben, ya que se tomaron la libertad de registrar mi Mansión a su antojo ¿No es así? No la encontraron…

Kenny se ruborizo. Ezequiel fingió mirar hacia otro lado.

-¡Pero ella me dijo: escapa y pedí ayuda!-continuó el Amigo Imaginario-. ¡Lo recuerdo perfectamente!

-Ah, si…-dijo Tipox con calma-. Lo que pasa es que ella no especificó que clase de ayuda quería que nos proporcionaras… Si-afirmo-, ella no te estaba diciendo que la ayudes a huir de mi, sino que nos ayudes a los dos.

-¿De qué estás hablando?-se extraño Jack’s. Miró a los otros tres, igual de confundidos-. Entonces, ¿Para que fui creado?

-Jack’s…-Tipox suspiró-. Vos sos el fruto de años y años de planes, sueños y utopías. Sos el Primer Ser Imaginario que trajimos de la DUCIG.

-¿La qué?-exclamaron todos, excepto Kenny, quien explicó como de costumbre:

-La Dimensión Ultra Cósmica de Ideas y Genialidades-puntualizó.

-Allí se encuentra todo lo creado por las mentes humanas de todas las generaciones-prosiguió Tipox-. A vos te creo Ana, con el instrumento que yo ideé.

Y sacó un tubo de plata, con la forma de un bolígrafo. Era increíblemente extraño, ya que emanaba una especie de resplandor, al igual que la cadena de plata con el dije “Jota” de Jack’s.

-Este instrumento es un Canalizador del Potencial Imaginario. Con el te creamos, a vos y a la Cadena de Plata, que es el Transportador Molecular Imaginario. Gracias a estos elementos te dimos vida. Mira:-Tipox se dirigió a la mesita de luz, abrió el cajón y tomo uno de los papeles inservibles. Procedió entonces a dibujar una paloma con gran habilidad. Y luego acercó el papel a la Cadena y el pájaro blanco se desprendió, dichoso de volar en medio de un resplandor rojizo.

Mas al intentar escapar por la ventana, el ave se convirtió nuevamente es un trozo de papel. Los muchachos se le acercaron y pudieron ver a la paloma animada luchando por escapar de su Hoja.

-Por desgracia-se lamento Tipox-, lo que traemos con el Catalizador del Potencial Imaginario no puede mantenerse en la realidad mas allá del papel. Lo que significa que, sin tu Transportador Molecular Imaginario, no podes existir. Tenés que tener mucho cuidado de no extraviar tu cadena, ya que de lo contrario quedarás reducido a un vulgar trozo de tinta y papel parlante.

-Todo esto que me contó es interesante-dijo Jack’s-. Pero aún no me explico para qué fui creado.

-El tiempo corre en nuestra contra-musitó enigmáticamente Tipox. Luego extrajo un sobre de las profundidades de su sobretodo, diciéndole a Jack’s:

-Esto lo escribió Ana para vos. Ahí está escrito todo lo que necesitas saber.

-¿Dónde está Ana ahora?

-Ahí está escrito todo lo que necesitas saber-se limito a repetir Tipox. Y agregó:

-Por razones que figuran en la carta, Ana y yo partimos mañana de viaje. Pero me preguntaba su querrías quedarte con esta casa.

-¡Por supuesto!-exclamó Jack’s mirando fascinado a sus amigos.

-Mil pesos-exigió Tipox, cortante-. Es toda una oferta, y solo por ser nuestra creación, casi un hijo para nosotros. Mil pesos y la casa es tuya. Pensalo… Y ahora les voy a pedir que se vayan porque debo hacer el equipaje-. Y abrió la puerta, invitándolos a marcharse.

Los cuatro salieron de la Mansión Luna. Dejaron atrás la camioneta negra de Tipox y se dirigieron a la Plaza Alsina. Mientras caminaban, Kenny y Ezequiel no dejaban de comentar su encuentro con Jacques Tipox y todo lo que le había revelado sobre los orígenes secretos de Jack’s.

-Hay algo que no entendí-proclamó el Aprendiz-. ¿Al final que era esa Dimensión Ultra Etcétera?

-A ver, como explicarte…-empezó Kenny, armándose de paciencia-. Según una teoría que combina principios literarios, filosóficos y psicológicos, la DUCIG es un lugar que abarca todas las ideas, proyectos y personajes que existieron, existen y existirán.

-¡Increíble!-exclamó Eseve-. ¿Cómo se llega hasta ahí?

-Es un sitio simbólico-aclaro Kenny-. Se encuentra, supuestamente, en nuestras mentes y todos tenemos acceso a él.

-¿Y cómo se entra?-quiso saber el Aprendiz.

-Durmiendo. Nuestros sueños no son otra cosa que excursiones a la DUCIG, todo hipotéticamente hablando, claro esta. En esa teoría debe haberse basado Tipox.

-O sea que ese tipo, ¿Cree que ese lugar existe?-dijo, incrédulo, Ezequiel. Y rompió a carcajadas.

-Existió-declaro Jack’s con firmeza-. Yo estuve ahí y fue mi hogar antes de que Ana me trajera a este mundo.

-¿En serio?-preguntaron al unísono Eseve y el Aprendiz, escépticos.

-Es más que evidente-dijo Kenny hablándoles como si fueran niños de jardín incapaces de comprenderlo-. ¿De dónde podría salir un Ser Imaginario sino de la Dimensión Ultra Cósmica de Ideas y Genialidades?

-Si, si, como sea-insistió Eseve impaciente-. ¿Pero de dónde sacaron toda esa patraña el DUCIG?

Si fuera cierto, entonces significa que cuando uno duerme puede ver las ideas de otras personas. ¿No seria eso una forma facilísima de plagiar los inventos de los demás?

-¡Exacto!-Kenny estaba entusiasmado-. Ese es el quid de la cuestión. Según esta misma teoría, todos poseemos una especie de Ente Ambulante que circula por nuestros sueños, filtrando elementos y produciendo así combinaciones con autentica originalidad. Simbólicamente, vendría a ser el Raciocinio.

-No respondiste mi pregunta-notó Eseve.

-A eso iba, a eso iba. Como todos tenemos la misma Fuente de Ideas, que es la DUCIG, para evitar repeticiones existe ese Ente Filtrador. Y hay similitudes entre historias diferentes, que es lo que llamamos plagio. Pero eso ocurre no por tener poca imaginación, sino por todo ya se imagino y dependemos del poder de nuestro Ente Filtrador para destacarnos en originalidad. El plagio no existe, son solo coincidencias entre historias con una misma base en común. La DUCIG.

-¿Y a quién se le ocurrió semejante disparate?-se exaspero Ezequiel, harto de todas esas descripciones de la Dimensión Ultra Cósmica de Ideas y Genialidades-. ¿Dónde lo leíste?

-En la Introducción del Autor de esta Historia, ignorante-le respondió Kenny, ofendido.

Los cuatro se sentaron de cara al Monumento a Avellaneda y Jack’s abrió el sobre. La carta estaba escrita con la letra pulcra y femenina de Ana. Kenny leyó en voz alta lo siguiente:

 

Querido Jack’s:

                Me alegro de que estés leyendo esto, ya que significa que cumpliste con éxito la primer parte de tu misión. Pero lamento tener que decirte que las cosas van a complicarse y a partir de ahora vas a necesitar la ayuda de los Cuatro Pilares para seguir avanzando. Jacques Tipox y yo debemos conseguir el ingrediente fundamental que hace funcionar al Canalizador del Potencial Imaginario. Este ingrediente es un combustible increíblemente escaso. Por lo tanto, emprenderemos un Viaje para tratar de encontrar las reservas de este combustible. Vos tenés que cuidar de nuestra Mansión y los dos instrumentos que usamos para crearte mientras dure nuestra ausencia. Por eso es fundamental que consigas los $ 1.000 y a los Cuatro Pilares:

Reconocerás al Pilar del Ingenio por sus inventos e ideas geniales. Su inteligencia te ayudará a planificar con cuidado cada una de tus acciones.

Distinguirás al Pilar de la Fortaleza por su valor y valentía; su Fuerza y capacidad en las Artes Marciales te protegerán de todo peligro que encuentres en tu camino.

Divisarás al Pilar de la Lealtad por su Obediencia Incondicional, sus múltiples habilidades mecánicas lo resaltaran como un Sobrehumano cargado de Potencial.

Encontrarás en el Pilar de la Sabiduría la Paz y la Tranquilidad necesaria de este tipo de personas. Sus comentarios, aunque ilógicos, son imprescindibles en tu misión.

No regreses a la Mansión sin los Cuatro Pilares. Conseguí el dinero e iré a buscarte. Buena Suerte,

 

                                                                                Ana Vix

 

 

Los cuatro se miraron, sin comprender.

-Che, Kenny. ¿Cuál es la palabra que define a un conjunto de estupideces? Seria el sustantivo perfecto para describir esta carta-. Y Ezequiel rió con sorna.

-En todo caso, seria un adjetivo-rectificó Kenny, dejando al Aprendiz abochornado. Y comenzó a cavilar sobre el contenido de la carta.

Entretanto, Jack’s pensaba en su Creadora, Ana Vix, y la misión que le fue encomendada. Si había logrado encontrar la Mansión, ¿Acaso no podría localizar aquellos Pilares también? Y, al lograrlo, se ganaría la aprobación de Ana Vix. Mientras reflexionaba en esos asuntos, la voz infantil de Kenny lo sacó de su ensimismamiento:

-Creo que esta escrito en clave. Si…, eso es… Cada pilar representa y describe a una persona en particular.

-Ah, entonces Ezequiel es el Pilar de la Fortaleza-intervino Eseve.

-Si, es verdad-terció Jack’s-. Tiene valor, fuerza y valentía.

-¿Sabes algún tipo de arte marcial?-inquirió Kenny, a la vez que examinaba la robusta contextura física del Aprendiz-. Porque en la carta dice que “sus capacidades en artes marci…”.

-Soy karateca-afirmo Ezequiel con orgullo-. Cinta marrón-aclaró, lo que de inmediato pasó a justificar su atuendo marrón. Pasaron un rato en silencio, hasta que Jack’s les propuso:

-Cuando dice “su inteligencia te ayudará a planificar con atención cada una de tus acciones”, ¿No esta diciendo que el Pilar del Ingenio es alguien como Kenny?

-Hum, si vos crees que mis “inventos e ideas” son geniales, estoy encantando en ayudarte-dijo éste.

-Bien-intervino Eseve-. ¿Y yo que Pilar soy?

-Bueno, no podes ser el Pilar de la Lealtad porque sos humano, sos común y corriente-razonó Jack’s.

-Y sin embargo, yo te estoy demostrando una lealtad y…-echó un rápido vistazo a la misiva-…y una “obediencia incondicional”, pese a que llegaste de la nada a mi casa sin dar explicaciones. Y prácticamente me obligas a acompañarte como un vulgar robot que obedece a su amo sin siquiera...

-¡Eureka!-interrumpió Kenny-. Esa es la clave, el Tercer Pilar es un robot… Y casualmente, en mi casa estoy construyendo uno…

-¿En serio?-se asombro Jack’s. Él y Eseve habían tenido suerte al encontrarse dos pilares en una sola persona.

-Si, miren-Kenny sacó su PCTron Pi 5 y les mostró los diseños y las fotografías del humanoide metálico que estaba tendido sobre una plataforma elevada.

-Estoy investigando desde hace mucho, obteniendo información de toda clase para mi Proyecto. Pero no logro conseguir el combustible lo suficientemente potente para que el robot funcione… También tengo problemas con la Fuente de Alimentación y no consigo que los algoritmos del Centro de Control funcionen. Si tuviera uno de esos Chips Auto Programables X-Cum… Pero son carísimos y mi Mamá no puede…

-Me parece que sé que es el Cuarto Pilar-interrumpió Ezequiel siguiendo el hilo de sus propias ideas-. Y creo que hay más de uno. Porque la carta dice “este tipo de personas”, tienen “Sabiduría, Paz y Tranquilidad”. ¿Cuántas personas conocen que sean así?

Por primera vez, Kenny no pudo contestar la pregunta. Ezequiel sonrió, triunfante.

-Pero es re fácil-declaró el Aprendiz-¡Los Budistas!

-¡Por supuesto!-exclamó Kenny, golpeándose la frente con la palma de la mano.

-¿Y de casualidad no estás construyendo un budista en tu casa, Kenny?-se burló Ezequiel.

Kenny no se dio por aludido, mientras se pasaba la mano por la barbilla, pensativo. Jack’s se dirigió a Eseve:

-Ya tenemos dos pilares, casi tres, si Kenny termina su robot. Pero me falta el Cuarto Pilar. ¿Vos sos budista?

-¡NO!-negó Eseve, irascible.

-¿Entonces de donde sacamos un budista?-se lamentó el Amigo Imaginario.

Comenzaron a pasearse por la Plaza Alsina, mirando el paisaje, como si el budista que necesitaban fuera a estar allí. Pero esta vez, la Fortuna les sonrió.

-Miren, por ahí-Jack’s señaló unos matorrales, que ocultaban a un muchacho, el cual descansaba con los ojos cerrados tras un árbol. El individuo estaba excedido de peso y estaba ataviado de prendas holgadas de color verde. El Amigo Imaginario fue el primero en llegar y estaba a punto de presentarse cuando Kenny llego, jadeante, y le tapo la boca.

-¡Shh! ¡Esta meditando, no lo interrumpas!-susurró alterado.

-Para mi que esta durmiendo-sugirió Eseve, examinado de cerca al supuesto budista. Era moreno, tenía grandes cachetes, pelo marrón oscuro y nariz porcina. De su cuello colgaba una cadena con una enorme letra C de jade, arcaica y al parecer viejísima.

-¿Cómo sabemos si esta durmiendo?-inquirió Kenny, nervioso.

-Por las Zeta-Zeta-Zeta que salen de su cabeza en diagonal-bromeó el Aprendiz, sarcástico, y estalló:-¡Que, sos sordo o no te das cuenta de cómo ronca!

El grito bastó para despertar al budista, quien abrió los ojos y repentinamente preguntó:

-¿Qué es lo que pdetenden invadiendo los dominios de Paddy Cacos?-sus ojos, grandes y melancólicos demostraban sorpresa. Su suave voz sufría una extraña distorsión, ya que pronunciaba la letra “D” en reemplazo de la “R”. Jack’s tomó la iniciativa y le preguntó:

-¿Vos sos budista, no? Porque mis amigos y yo necesitamos uno-.

El budista se tomo su tiempo para contestarle lo siguiente:

-Si, pedo eso no justifica que me hayas despedtado- y miro fijo a Jack’s, reprendiéndolo en silencio. Ezequiel no pudo contener la risa

-¿Mi voz te causa gdacia no ciedto?-aunque lo dijo en tono severo, su mirada cargada de dulzura contradecía el regaño.

-Si… digo no-titubeo el Aprendiz, incomodo-. Bah, es que ¿Quién en su sano juicio bautizaría a su hijo como “Paddy Cacos”? Es curioso, ¿no?

-Me llamo Cadlos Codtocos-aclaro el budista. Y de inmediato se rectifico: Pedo me dicen Cacos.

-Bien, eh, Cacos-dijo Jack’s-¿Queres venir con nosotros? Vamos a necesitar tus…-echo un rápido vistazo a la misiva de Ana Vix-“tus sabios consejos” y todo eso…

-De acueddo-aceptó Carlos Cortocos-. Y por ciedto-añadió mirando fijamente a Ezequiel: Como fui cdiado pod los Monjes del Tíbet no tengo otda familia que ustedes a padtid de ahora-.

La franqueza del budista los sumió en un silencio incomodo, que Eseve se encargo de romper.

-Entonces, Kenny, decías que tenes un robot en tu casa, ¿No?

-¡Ah, si!-recordó éste-Vayamos para allá, que esta cerca.

-¡En madcha, compañeros!-concluyó el budista poniéndose de pie. Y exhibiendo su metro y medio, los siguió caminando pausadamente hacia el hogar de Nicolás Porta.

-¡Mamá, ya llegue!-exclamo Kenny la entrar. Pero nadie le respondió, ya que hace hora su madre solía hacer las compras en el Hipermercado.

Kenny les trajo refrescante vasos de jugo y los condujo hacia el Garaje. Ingresar al mismo no resulto fácil, ya que estaba atestado de cosas de todo tipo, todas, al parecer, relacionadas con alguno de los múltiples experimentos del joven. Sobre una tarima elevada, reposaba el robot de Kenny. Consistía en una gran caja a modo de tórax, sus extremidades superiores terminaban en garras y las inferiores en plataformas para desplazarse. La cabeza y el tórax estaban abiertos, dejando ver los cables y circuitos entrelazados en su interior. El resto del cuerpo estaba revestido de color negro, exceptuando sus blancas extremidades.

Kenny se acerco un poco más a su inconclusa creación, diciendo casi para si:

-Si tuviera el Chip X-Cum…

Y entonces, alguien golpeo la puerta de calle. Ezequiel corrió rápidamente a abrirla, pero afuera solo había una caja de cartón. La llevaron adentro, y al abrirla, Kenny lanzó un grito de sorpresa.

La caja no sólo contenía la Fuente de Alimentación Dinamitum 3, el codiciado Chip X-Cum y un Manual Exclusivo repleto de los algoritmos necesarios para programar e instalar al robot. Sobre todos esos tesoros, reposaba un grueso sobre sin remitente ni dirección. Al abrirlo, con ansiedad, descubrió siete billetes idénticos, todos de cien pesos…

 

 

 

Capitulo Cinco: “X-Tres… Cientos Pesos Rápidos”

 

¿Quién seria ese sujeto? En aquella morada, se había topado con un muchacho que parecía ser el indicado para guiarlo en su trayectoria. Pero según su Creadora, el Guía debía estar al tanto de la Misión. Así que, ¿Por qué el muchacho fingía desconocimiento cuando le explicaba que debía regresar a la Mansión Luna? Mientras el Amigo Imaginario conducía a su Escolta y se preparaban para emprender camino sin esperar más, un inquietante pensamiento atormentó al Otro. ¿Acaso se habrían equivocado de Escolta? Lejos de reflexionar esto último, salió de la casa rumbo a Luna, con el Guía corriendo atolondradamente tras a él...

 

Habiendo recibido ya la visita de un Ser Imaginario que invadió sus vidas, Eseve, Kenny, Cacos y Ezequiel consideraron que ya nada podría sorprenderlos. Por eso, cuando la inesperada ayuda monetaria les llegó como caída del cielo, no iniciaron un polémico debate, como de costumbre, para intentar desentrañar la misteriosa llegada de la colaboración oportuna. En vez de eso, alzaron los hombros y decidieron que, ya que ahora contaban con el 70% del dinero para la Mansión, les convendría reunir rápidamente los trescientos pesos restantes. Jacques Tipox les había dicho que el plazo que tenían para entregar el monto total culminaba al día siguiente, cuando partiera de viaje junto a Ana Vix, de manera que, cuanto antes entregasen el dinero, mejor.

Por ese motivo, mientras Kenny trataba de instalar los nuevos dispositivos a su robot, los demás salieron a conseguir el caudal por métodos poco convencionales. En la Plaza Alsina nunca habían ocurrido hechos tan interesantes como los aquella tarde. Era cierto, los alumnos de las escuelas circundantes solían festejar allí el fin de curso; también se solían realizar solemnes ceremonias religiosas desde la Catedral; y de vez en cuando, el mismísimo Intendente se paseaba por ese lugar, perpetuando actos con fines filántropos. Pero ese lunes, cuatro jovencitos se instalaron con desenvoltura en puntos estratégicos de la Plaza, con el fin de recaudar los trescientos pesos.

Eseve había ubicado un improvisado puesto en un rincón, con la idea de venderle a los transeúntes vasos con refrescante jugo de naranja. Pero su plan no resulto, ni mucho menos, ya que en el extremo opuesto de la Plaza, un para de joviales y atractivas promotoras promocionaban una reconocida marca de gaseosas, repartiéndole a la multitud vasos gratis. Eseve resoplo de furia, desparramando el jugo encima de unas inofensivas palomas, mientras pensaba en un nuevo plan.

Jack’s, en cambio, se había situado frente a la Catedral, y su truco consistía en hacer malabares con mandarinas, a la vez que desfilaba por la Plaza con la bicicleta que Kenny le había prestado. Sin embargo, al primer intento el Amigo Imaginario casi atropella a un grupo de niños que jugaban en el parque de juegos infantiles. Para esquivarlos, realizó una peligrosa maniobra con la cual termino estampado de cabeza contra la fachada de la Casa de la Cultura. Mientras las mandarinas caían, una tras otra, sobre su cabeza, la cadena de Plata se deslizo suavemente por su cuello, hasta caer fuera de su alcance. Desprovisto de su Transportador Molecular Imaginario, Jack’s simplemente se desvaneció, y tal como le había advertido Jacques Tipox, adoptó nuevamente su antigua forma de Hoja de Papel. Jack’s se transmutó rápidamente en Avioncito de Papel y voló hacia la Cadena, que yacía en los escalones de la Casa de la Cultura. Oscilando brevemente, el Transportador hizo contacto con el papel y el Amigo Imaginario reapareció, recobrando su figura humana sin que nadie se percatara de ello.

Y de pronto una brillante idea cruzó su mente…

Entretanto, Eseve intento conseguir dinero mediante un método poco ortodoxo. Se había quitado las medias, y (nadie sabía cómo ni entendía porqué) las había convertido en títeres de mano, con los cuales pretendía presentar una innovadora obra teatral. Pero no tuvo mejor suerte que la primera vez, ya que en la mismísima Casa de la Cultura unas llamativas marionetas atraían al público infantil del Parque de Juegos, los cuales se regocijaban con las gracias del show. Eseve, enojado, arrojó sus medias-títeres sin pensar al bebedero donde se bañaban las palomas. Estas, dispuestas a tomar venganza por el desagravio del jugo de naranja, volaron con las medias de Eseve en sus picos, y éste tuvo que treparse a un robusto árbol para exigirles la inminente devolución de sus calcetines y firmar un tratado de paz con el Embajador Palomo.

A todo esto, Ezequiel cosechaba más éxito que sus compañeros. Junto al budista Cacos, se habían colocado frente a la monumental efigie de Avellaneda, y desde allí pedían limosna. Pero su treta no se limitaba a extender el brazo y suplicar piedad y unas monedas. El Aprendiz alegaba que su cómplice requería donativos para sanar su enfermedad mental: la demencia. Así que, mientras Ezequiel apelaba a la bondad de los peatones, Cacos los convencía parloteando incoherencias sin cesar:

-Quien quiera comer huevos deberá soportar los cacareos de las gallinas-proclamaba el Budista con grandilocuencia-, ya que éstas son el instrumento del huevo para poner otro huevo…

Y mientras Cacos seguía proclamando su discurso, Ezequiel continuaba recaudando fondos.

No muy lejos de allí, Nicolás Porta trabajaba en su hogar con su Robot. Ya había conectado el Chip X-Cum e instalado sus respectivos algoritmos, y soldado la armadura externa del Robot. Se disponía a ensamblar la fuente de Alimentación Dinamitum 3, y su madre llegó de improviso. Era una mujer de aspecto alegre y jovial, con el mismo cabello color miel de su hijo. Asimismo, llevaba idénticos anteojos y una blusa color celeste.

Inmediatamente le preguntó a su hijo:

-¿Ya se fueron tus amiguitos, tesoro?-suspiro-. Confiaba en prepararles la merienda.

-Vuelven enseguida, no te preocupes-la tranquilizo Kenny. Y le solicitó-¿Me ayudas por favor?

-Si, claro, hijito mío-y dejo a un lado su bolsa de compras-. ¿Este es otro de tus Proyectos Científicos para el Colegio? Recuerdo ese Cronómetro Automático que diseñaste una vez…

-Masomenos-contesto, lacónico, su hijo-. Creo que se va a llamar… X-Cum Dinamitum 3-lo denomino Kenny.

-¿No es un nombre muy largo, hijo?-le indago, a la vez que conectaba el cable de la Fuente al interruptor.

-Simplifiquemos, entonces-se resigno Kenny-. Su nombre será X-3.

Mientras tanto, Jack’s estaba consiguiendo abundantes cantidades de dinero con su nuevo espectáculo, el cual consistía en fingir que era un talentoso mago, con la virtud de desvanecerse a su libre antojo. El Ser Imaginario se desprendía de su Cadena y se esfumaba, cayendo como una Hoja de Papel sobre la misma, tras lo cual reaparecía nuevamente, entre las alabanzas del público.

<La tercera es la vencida>. Pensó Eseve, y, desesperado, tomó lápiz y papel y se puso a garabatear una pancarta. Acertó a pasar por allí un grupo de estudiantes, todos ellos alegres y deseosos de disfrutar sus vacaciones de invierno. <De seguro ninguna hoja imaginaria interrumpió sus vacaciones> pensó Eseve. Cuando uno de ellos reía a carcajadas de una ocurrencia de su camarada bromista, otro señaló a Eseve, que portaba un letrero con la siguiente inscripción manuscrita:

 

TRUCOS PARA JUEGOS DE PC

 

Eseve logró proporcionarles todo lo que los muchachos deseaban Y por fin, triunfante, se dedico a contar el efectivo ganado.

Finalmente, en casa de Kenny, éste estaba a punto de encender a X-3, cuando tocaron a la puerta. Al rato su madre volvió con Jack’s, Cacos y Eseve.

-¡Mira toda la plata que juntamos!-le dijo efusivamente el Amigo Imaginario.

-Genial…-murmuro Kenny, contemplando el dinero-. ¿Y Ezequiel?

-No sabemos-respondió Eseve-. Dijo que tenía un asunto pendiente, pero que volvía enseguida.

-Todavía faltan cuarenta pesos-comento Jack’s, revisando los billetes acumulados.

-No importa, querido-intervino su madre-. Yo les doy lo que falte. Todo sea por la Mansión.

-Los bienes matediales no gadantizan la felicidad-declaro el budista Cacos-.Pod más que muedas rodeado de objetos que hayas compdado igual estas muedto. Y sino, fíjense en Napoleón…-agrego con sencillez.

Jack’s decidió ignorarlo. Por fin cumpliría la misión que Ana Vix le había encargado. En instantes obtendría la soberanía de la Mansión Luna. Quizás sus nuevos amigos podrían vivir junto a él. Después de todo, la casa era demasiado grande para él sólo y ellos lo habían acompañado desde el principio de su aventura, ganándose el derecho de convivir con él. Jack’s pensó que debía intentar persuadir a su Creadora, para que no partiera de viaje con Tipox.  De ese modo, Ana Vix viviría con ellos y todos formarían una familia feliz… Todo iría bien…

Kenny guardó el dinero recolectado en aquel sobre anónimo, junto a los $700 que ya poseían. Y distinguió algo extraño en los siete billetes idénticos de $100. De hecho, eran demasiado idénticos entre si… Se pregunto si no sería una ilusión óptica. Iba a comentarlo en voz alta, pero la atronadora carcajada del Aprendiz lo distrajo. Al parecer había regresado. Pero no estaba solo. Jacques Tipox avanzaba con determinación tras Ezequiel.

-Pensé que era buena idea traerlo ahora para liquidar este asunto cuanto antes-se excuso el Aprendiz.

-Buenas tardes, soy Jacques Tipox-se presento Tipox, dirigiéndose a la madre de Kenny. Ésta le tendió la mano con desenvoltura.

-Lucinda Porta, encantada-y se ruborizo ligeramente cuando Tipox se inclino a besarle la mano, haciéndole cosquillas con su puntiaguda barbita. Luego alzo la mirada y se expreso con voz potente, yendo al grano:

-Bueno, muchachos, es hora de negociar. Quiero ver el dinero.

-Allí esta-señalo Jack’s. El sobre reposaba sobre una mesa de madera, situada tras ellos.

-Muy bien-aprobó Tipox. Parecía sorprendido de que los jóvenes lograran cumplir tan rápido su objetivo.

-¿Dónde tengo que firmar?-se apresuro a preguntar el personaje, con su típica voz estridente.

-Me temo que no es tan sencillo, Jack’s-lo desalentó Tipox-. Para que la casa realmente esté a tu nombre, necesitas una identidad legal, trámite que tardaría años en realizarse. Del mismo modo, necesitarías un tutor legal hasta los dieciocho años-le notificó Tipox.

-Pero…-Jack’s estaba desilusionado-. Pero usted dijo que si le dábamos los mil pesos la Mansión iba a ser para mí…

-Si, ya lo se-Tipox estaba impaciente-. Pero no te preocupes por los trámites. Te estas olvidando de que Ana y yo tenemos un bolígrafo que convierte en legal todo lo que escriba.

-¿Y que?-le respondió Jack’s. No le venia a la cabeza la utilidad del Canalizador del Potencial Imaginario.

-Eso significa-prosiguió Tipox-, que si firmas con el bolígrafo un documento que exprese claramente que la Mansión es tuya, y de tu tutor asignado, el Canalizador lo volvería verídico instantáneamente.

-¡Ah!

-Por lo tanto, solo te resta elegir a un tutor. Yo te recomendaría a Ana, pero como ella viajara conmigo…

-¡Yo me postulo!-lo interrumpió la Señora Porta, rodeando a Jack’s con su brazo, como protegiéndolo-. Pude criar tres hijos sola, así que me encargaría de Jack’s también. Si él quiere, claro. ¿Qué opinas Jack’s?

-Estoy de acuerdo-afirmó el Amigo Imaginario.

-Entonces-manifestó Tipox, sacando unos documentos de las interminables profundidades de su sobretodo rojizo-. Firmen acá los dos y la Mansión Luna será suya.

-¡Un momento!-Kenny detuvo el brazo de Jack’s-. Si la Mansión será de mi madre en representación de Jack’s, ¿Eso significa que cuando Usted y su mujer regresen del viaje no intentarán apoderarse de ella nuevamente?

-Exactamente-confirmo Tipox, visiblemente irritado-. La Mansión no nos pertenecería más.

-¡Ya firmen de una vez por todas!-gruño Ezequiel. Todos lo miraron, escandalizados, y él trató de justificarse:

- Bueno, ¡Es que tengo hambre!

Hicieron caso omiso. Jack’s tomó el bolígrafo especial que Tipox le ofreció. Estaba a punto de garabatear su improvisada firma, y todos sus deseos se iban a cumplirse, cuando Eseve lanzó un grito desgarrador:

-¡¡MIREN AL ROBOT!!

Todas las miradas se dirigieron a la criatura, que ahora estaba erguida. X-3 parecía querer fulminarlos con su ausente mirada. De pronto sus ojos se tornaron de un color rojo encendido, cobrando una furia indescriptible.

-¡Por Dios, no!-exclamo Kenny-¡Va a utilizar sus rayos láser fulminantes!

-¡¿QUÉ?!-exclamaron los demás, pero era demasiado tarde para intentar comprender.

X-3 avanzo hacia ellos, a punto de liberar sus rayos láser. Todos se apartaron un segundo antes de que el robot lance su furia sobre la mesa de madera que estaba tras ellos. Un enceguecedor fogonazo rojo… y un humeante hueco chamuscado quedo donde antes estaba el sobre con los Mil pesos, ahora incinerados…    

 

Capitulo Seis: “A la Caza del Robot”

 

¡Ya estaba de regreso! Parecía que el Guía realmente sabía lo que hacía... Y además no estaban solos: los Pilares del Ingenio y la Fortaleza lo escoltaban también. La Misión se estaba desarrollando estupendamente; Ingenio le había otorgado una nueva y más perfecta apariencia durante su travesía en colectivo. Y en cuanto a Fortaleza, los había librado del ataque de un misterioso ladrón, cuya chirriante voz le resultaba extrañamente familiar… Pero no había tiempo para pensar en ello, ya que se encontraba frente a la puerta verde de la Mansión Luna y tenía objetivos más importantes para concretar a continuación…

 

Tipox fue el primero en recobrar la compostura. Sonriendo con satisfacción, se limitó a murmurar por lo bajo:

-No hay dinero, no hay Mansión-. Y sin dejar de sonreír, se alejo retrocediendo hacia la puerta del garaje, con una mueca malévola estropeando sus facciones.

-¡ATRAPENLO!-vociferó el enfurecido Aprendiz de karate.

-¡Destruir!-le contestó el androide, arrojándose sobre él. Ezequiel lo esquivó y trató de propinarle un puñetazo, que sólo logró acertarle a un desprevenido Eseve, el cual lanzó un alarido.

-¡Destruyó la plata, lo voy a convertir en chatarra!-gritó Ezequiel, fuera de si. Y se lanzo a perseguir al robot, quién logró evadirlo con destreza, a la vez que escapaba de la casa de los Porta.

-¡VENI ACÁ!-exigió Ezequiel, sin percatarse de la camioneta negra que lo escrutaba, estacionada en la casa de enfrente.- ¡Te voy a atrapar, ya vas a ver!-.

Jack’s se encontraba en estado de shock. Hacia un minuto, sólo un minuto, había estado a punto de convertirse en el propietario de la Mansión Luna. Pero su ilusión se desvaneció tan rápido como los $1000 incinerados. Y Kenny no se encontraba mejor. Aunque su madre y Eseve intentaron consolarlo, no cesaba de sollozar, preguntándose que era lo que había echo mal.

Intentando reanimarlo, el budista Cacos reflexionó en voz alta:

-La cdeación siempde se ha alzado contda su Cdeadod. Así ha sido desde los tiempos del Jardín del Edén hasta hoy en día. Es más, sin id más lejos, las hambudguesas demuestdan ciedtos brotes de debeldía últimamente-concluyó, con aires de saber mucho.

 El Amigo Imaginario por fin salió de su ensimismamiento.

-¡Ja!-exclamó de pronto, con sorna-“¡A partir de ahora vas a necesitar la ayuda de los Cuatro Pilares para seguir avanzando!”-citó Jack’s-. ¡¿En qué estaba pensando Ana Vix cuando me escribió esa carta?!-se quejo, resentido-. ¡Ningún Pilar me fue de utilidad! ¡Para lo único que sirven es para estorbar y atraer problemas!

-Para un poco-lo interrumpió Eseve, airado-. No seas injusto, que yo ni siquiera aparezco como un Pilar de la carta… ¡Y sin embargo te vengo acompañando desde el principio!

-Como sea-dijo Jack’s, cambiando rápidamente de argumento-. ¿Y el robot? ¡De seguro ese chip tenia alguna falla o Kenny lo conecto mal! ¡Sea como sea terminó arruinándolo todo!

-Kenny se secó las lágrimas con la manga de su camisa, y le espetó con rabia:

-¡No seas desagradecido! ¡Antes de que nos encontráramos con Tipox, quien te había dado forma era yo!-.

Se detuvo un momento, su indignación era tan grande que no podía continuar expresándola con palabras.

-Y además-prosiguió, enojado-, todos colaboramos para conseguir la plata… ¡Incluso yo propuse utilizar mi casa como cuartel general provisional! Pero parece que vos no lo podes apreciar…

-En todo caso-intervino Cacos, que no había perdido la calma-, lo más pdobable es que se hayan confundido cuando intedpdetadon esa cadta, y los pdesuntos pilades de Ana Vix sólo sean simbólicos…-. Nadie tomó en cuenta su teoría, ya que todos estaban ocupados en gruñirse entre si. La tensión era tal que podía palparse.

-¡Bueno, Kenny!-estalló Jack’s-. Me encantaría poder agradecerte todo lo que hiciste por mi, pero si te vas a tomar la molestia de colaborar, la próxima vez hacélo bien. ¡Porque X-3 se volvió loco cuando conectaste mal el Chip!-. Kenny no supo que decir. Sus anteojos volvieron a empañarse a medida que las lágrimas se deslizaban por su rostro. El budista intentó subsanar los hechos una vez más:

-¡No debemos peleadnos! ¡La amistad es un tesodo de valod incalculable! Y no podrán sabed lo que dealmente vale hasta que lo piedan

-Tenés razón, Cacos-dijo Eseve-. Pero acá nadie sabe valorar mi trabajo. ¡Me voy!-exclamó de repente-. Ya se puso todo muy extraño como para que sea tolerable. Hasta luego, Kenny, Cacos…-. Pasó por al lado de Jack’s sin mirarlo, claramente ofendido. Y se marchó.

-¿Seguís pensando en que es mi culpa lo del incidente de X-3?-le preguntó tímidamente Kenny al Personaje.

-¡Si!-bramó Jack’s, terco y obstinado.

-Bien…-Kenny salió del garaje y al rato regresó con su madre. Por la expresión de sus rostros parecía que se hubiera muerto alguien.

-¡¿Qué es lo qué esta pasando?!-Lucinda Porta estaba visiblemente alterada-. No admito discusiones en esta casa. Si tienen alguna disputa, disipen sus inconvenientes afuera. ¿Esta claro, jovencitos?-señaló la puerta del garaje que Eseve dejó sin cerrar, lanzándoles una significativa indirecta-. Si hay alguien que no le guste como son las cosas en esta casa, ya puede marcharse-.

Jack’s se levantó bruscamente, y se fue sin mirar a los otros. Para sorpresa de Kenny y su madre, el budista lo imitó. Cacos no había terminado de atravesar la puerta cuando la Sra. Porta lo detuvo apoyando su mano en el hombro.

-¿Pasa algo, querido?

-No-admitió Cacos-. Su casa es muy linda, pedo me madcho podque me desulta extdaño que no haya un coche en el gadaje-. Y también se marchó, dejándolos anonadados.

El budista se sentó en la acera, junto a Jack’s. Éste, irritado, le gritó:

-Estoy harto de tus comentarios tan…-buscó el término adecuado-…llenos de una franqueza francamente perturbadora. ¡Por favor, no me molestes más que no me puedo concentrar!

Carlos Cortocos lo fulminó con su dulce y melancólica mirada, poniéndose de pie.

-La fdialdad y la indifedencia hacen mucho más daño que la aversión decladada-. Y, retornando a la casa de Kenny, agregó: A veces es más cómodo estad en un gadaje sin auto que al lado de una pedsona sin codazón-. Y se alejó, dejando a Jack’s atormentado por sus confusas sensaciones de remordimiento.

Entretanto, Ezequiel continuaba su persecución, que lo llevó nuevamente hacia la Plaza Alsina.

-¡Ah, maldito desgraciado, corre rápido!-masculló el Aprendiz entre dientes-. ¡VENI PARA ACAAA!

-¡Nunca!-se burló X-3-. ¡Humano Idiota, mi potencial te supera con creces!-Y se detuvo para asegurar:
-¡Nunca me alcanzarás!-todavía estaba hablando cuando una figura salida de la nada lo detuvo en seco. Un potente chorro de agua fría le dio en el rostro al robot, quien, tambaleándose, entró en cortocircuito y se desactivó, cayendo de bruces en el césped.

Quien lo había dejado inmovilizado e inanimado en el suelo era un personaje de rulos rubios, ojos negros y pequeños, con vestimentas igual de negras y una potente voz chirriante que le inquirió al inconsciente X-3:

-¿Ese es un disfraz de extraterrestre? ¡Ja! ¡Patético!-aseguró con convicción-. Pero igual me lo llevo, ¡Arriba las manos!-. Apuntó con la chorreante manguera al inerte cuerpo del robot.

Ezequiel llegó al lugar, jadeante. Y no tardó en reconocer a Lucas Báez. Éste de pronto se quedó tan estático como X-3, paralizado por reencontrarse con el Aprendiz.

-Vos no aprendes más… ¿No es cierto, Báez?

-N-no... te juro que n-no le hice n-nada…-tartamudeó el tembloroso ladrón. Pero Ezequiel no estaba preparado para comprender súplicas ni interpretar coartadas. Ya le había advertido a Báez lo que haría de volverlo a encontrar.  Así que, sin más preámbulos, se abalanzó sobre Báez y le estampó su puño en la cara.

A todo esto, un joven regresaba, transpirado, a la casa de los Porta, donde Jack’s estaba sentado en profunda meditación sobre la vereda, con Kenny y Cacos a sus espaldas sin que él se percatara de ello. El joven era Eseve, y traía consigo una importante noticia.

-Ya sé que no tendría que haber vuelto-comenzó, mirando sus zapatillas-, pero tengo algo que decirles.

-¡Yo también!-lo interrumpió Jack’s-. Perdoname, vos me fuiste de gran ayuda en todo este tiempo y yo no supe valorarlo. Les pido disculpas chicos-les dijo a Kenny y Cacos, cuando se volvió para hablarles-. Sé que ustedes no tuvieron la culpa con lo de X-3… Para empezar, tendríamos que haber desconfiado de ese chip que nos enviaron… Apuesto mi Cadena a que estaba diseñado para interceptar a X-3 y volverlo en nuestra contra…

-De eso quería hablarles-comentó Eseve-. Mirá, estaba retornando a la parada del colectivo cuando pase al lado de una camioneta negra, que estaba estacionada en la esquina. ¡Y la conducía Tipox! Hablaba por celular, diciéndole a alguien que la Dinamita 3 había funcionado y que…

-¿No querrás decir Dinamitum 3?-lo corrigió Kenny, pensando en su Fuente de Alimentación.

-¡Ah, si, eso! Dijo que el plan había resultado perfecto y que había logrado dividirlos. Y le aseguró que los espiaría hasta saber su próximo movimiento… ¡Te mencionó, Jack’s! Creo que él es el que está detrás de todo esto…-concluyó con aires de misterio.

-Y hay más…-agregó Kenny-. Me había olvidado de decirles, pero los setecientos que recibimos eran billetes falsos.

-¿Cómo sabés? Si ya están quemados…-repuso Jack’s.

-Ya sé que ahora no puedo demostrarlo-empezó Kenny-. Pero les aseguro que los vi: ¡Los siete billetes tenían la misma numeración! ¡Eran siete réplicas falsas!

-Muy sospechoso-opino Eseve-. Por eso decidí volver para decírselos…-Y, algo avergonzado, evitó mirarlos a los ojos cuando susurró:-Si es que todavía me quieren en el equipo, claro…

Jack’s lo miró fijamente y Eseve no desvió la mirada. Asintió lentamente. A veces no hacía falta decir nada para lograr entenderse.

-Si Tipox nos estafó y ahora nos está espiando, es evidente lo que tenemos que hacer a continuación: regresar a la Mansión y pedirle unas cuantas explicaciones-expresó con seriedad.

-De acuerdo, pero no nos peleemos más, ¿Si, Jack’s?-imploró Kenny-. Si estamos divididos, vamos a resultar un blanco débil. Pero si permanecemos unidos, podremos vencer.

-La unión hace la fuedza-aclaró Carlos Cortocos. Los cuatro amigos se miraron, confirmando sus palabras.

-Así que primero vayamos a buscar a Ezequiel, para que los Pilares estén reunidos-terció Eseve, reduciendo al mínimo la amargura de su voz.

-¡Pero tenemos que ser rápidos si queremos alcanzar a Tipox!-replicó Jack’s, desesperado.

-Me parece correcto, compañeros-afirmó Kenny-. Y creo saber cómo concretar nuestro objetivo…

Y los dirigió una vez más al garaje, ignorando la duda del budista:

-¿Podqué no hay auto en el gadaje?-cuestionó, extrañado.

Sin que Tipox los percibiera, los cuatro avanzaban velozmente, siguiendo los pasos de su camioneta. Se desplazaban con los vehículos que Nicolás Porta les había proporcionado:

<A ver que se trae entre manos Tipox>, pensó Jack’s, pedaleando rápidamente en la bicicleta que ya había utilizado anteriormente.

<Si me caigo, me mato, si me caigo, me mato>, reflexionaba obsesivamente Kenny, mientras tomaba todas las precauciones posibles para seguir avanzando en sus patines sin tropezar.

<¿Por qué siempre me toca lo peor?>se quejó mentalmente Eseve para sus adentros, avanzando como se lo permitía su destartalada patineta.

<No esperen que el último pensamiento sea original>concluyó el budista Cacos, cerrando la marcha en su vivaz monopatín.

Y así avanzaron, intrépidos y con ansias de una aventura que ya estaba por terminar…


 

Capitulo Siete: “¡A la Mansión Luna!”
 
¿Dónde se encontraban Lealtad y Sabiduría? Tras el encuentro con el Tipo Oscuro, que lo había dejado con más incertidumbres que certezas, se veía obligado a reunirse con los Pilares restantes. Sin ellos, le había escrito su Creadora, no podría reunir los requisitos necesarios para ganarse la Mansión. Así que, junto al Guía, Ingenio y Fortaleza como escoltas, emprendería una nueva búsqueda. Y en la Plaza... ¿No reposaba Sabiduría en profunda meditación? ¿Y acaso Ingenio no le había insinuado que Lealtad seria construido? ¡Muy pronto estarían todos reunidos, listos para obtener, por fin, su merecida recompensa!
 
A espaldas del monumento a Nicolás Avellaneda, Ezequiel jadeaba, enfurecido. X-3 yacía inconsciente a su izquierda, en un charco de agua ocasionado por Lucas Báez. El ladrón, a su vez, gemía a su derecha, sollozando y restregándose los ojos, uno de los cuales se había tornado violeta oscuro. El Aprendiz no podía siquiera imaginar que sus cuatro amigos se dirigían precisamente hacia él, siguiendo obsesivamente a Tipox en sus inusuales medios de transporte. Pero lo que sí sabía era que en esos momentos Báez había detenido al robot, estropeándolo hasta el punto del cortocircuito. Y, según su manera de pensar, Ezequiel creyó oportuno aplicarle al ladrón una severa paliza.
Lo tomo por los hombros, zarandeándolo mientras se burlaba de él:
-¿Te gustó mi golpe de gracia?
-¡Piedad!-suplicó Báez, desesperado.
-¡Que piedad ni ocho cuartos!-se exaspero el Aprendiz. -¿No te había dicho que ni te asomaras por este lugar?-le gruñó, amenazante.
-Si, pero…-trato de justificarse Báez, pero Ezequiel lo interrumpió, irritado:
-¡Callate, que no termine!-dijo en tono autoritario. Y agrego:
-Parece que necesitas una buena sacudida para entender ¿No?-levanto el puño en gesto amenazante…
Pero antes de que pudiera castigarlo, una voz aguda y extrañamente metálica les hablo:
-¡Buenas tardeees!-chilló X-3-¿Han visto a mi Amo Kenny?-. El robot, que había vuelto en si, los observaba con una mirada radiante a la vez que emitía unos destellos dorados. Ya no había rastros de las furiosas centellas rojizas en su mirada, ahora amable y desconcertada.
Pero Ezequiel no estaba dispuesto a olvidar tan fácilmente el desagravio de los $1000 incinerados.
-¡Destruiste la plata!-le espetó al robot, iracundo.- ¡Ahora me las vas a pagar, máquina infernal!
-¡Me temo que no le comprendo, señooor!-replico X-3 con franca sinceridad.
-¡Así que no te acordas!-exclamo Ezequiel, con sorna.- ¡Ya vas a ver como mis puños te acomodan los circuitos!-. Y señalo a su derecha.- Este desgraciado ya probó mi furia y te puede contar…
-Excuse mi falta de perspicacia, señooor…-se disculpo X-3- Pero no logro entender de quien hablaaa…-.
Ezequiel lo habría insultado, pero cuando se volvió hacia su derecha comprobóque el robot decía la verdad. Báez se las había ingeniado para escapar y desaparecer entre los arbustos.
-¡¿Dónde se metió?!-. El ladrón había encontrado la forma de deshacerse de él y eso lo ponía más furioso.
-¡Allí estaaaa!-grito X-3, triunfante.
-¿Dónde esta ese desgraciado?-le preguntó Ezequiel, girando sobre si mismo en busca de Báez.
Pero el robot se refería a Kenny, quien avanzaba por la avenida junto a Jack’s, Cacos y Eseve.
En su apuro por alcanzar a Tipox, la imprudencia llevó al grupo a avanzar con sus frágiles transportes a través de un carril plagado de vehículos. Y si no lograban salir de allí inmediatamente, terminarían incrustados en la acera cual vulgares alfombras.
-¡EY!-bramó Ezequiel, intentando llamar la atención de sus amigos.- ¡Vengan acá!
-¡A la plaza!-gritó Jack’s, a su vez, a la cabeza del grupo que guiaba.
Kenny trastabilló en su afán por alcanzar la meta, pero llego ileso a la vereda, maldiciendo la imprudencia de sus camaradas. A su vez, Eseve intento una torpe maniobra para saltar el cordón que cercaba la Plaza, pero fracaso, atravesando unos arbustos hasta terminar embarrado en el suelo. Cacos, por su parte, hizo gala de su tranquilidad al avanzar hacia sus amigos sin inmutarse de los feroces automóviles que pasaban a su lado sin rozarlo siquiera, y con suma destreza, alcanzó a sus compañeros sin un solo rasguño.
Pero Jack’s no quiso abandonar la acera hasta asegurarse de que sus compañeros no corrían peligro.
Cuando el semáforo se puso en rojo, pedaleó para alcanzarlos. Fue entonces cuando, inesperadamente, un enorme camión violó la orden del semáforo, a toda velocidad, dispuesto a atravesar la avenida en su trayectoria imparable. Jack’s quedó paralizado donde estaba, observando atemorizado el camión que se acercaba hacia el…
Y cuando todo parecía perdido, en lo que dura un latido humano X-3 salió disparado hacia Jack´s, apartándolo del trayecto del camión y arrojándolo a la acera mientras lo cubría con su cuerpo.
Ambos retornaron a la Plaza, donde sus amigos los observaban maravillados.
-Gracias…-musito Jack’s casi para si, arrepentido de sus pensamientos de aversión hacia X-3.
-¡Muy bien hecho, X-3!-exclamo Kenny, enorgullecido de su creación.
-¿Dónde se habían metido?-inquirió Ezequiel, fastidiado.
-En casa, discutiendo sobre Tipox-le contesto Jack’s, y luego añadió:
-¿Cómo es que X-3 volvió en si?
-No se ni me interesa-repuso Ezequiel, indiferente. Y señalo a X-3, aborreciéndolo con su mirada:
- ¡Esta cosa es la culpable de que no tengas tu Mansión, Jack’s!
-Pero el hecho de que me haya salvado lo modifica todo-contesto el aludido, reflexivo.
-Para tu información-terció Kenny con aire jactancioso-los setecientos pesos que X-3 incineró eran falsos, y podría apostar a que el Chip X-Cum estaba manipulado para alterar su comportamiento.
-Eso explicaría porque se rebeló contra nosotros-intervino Eseve.
-En términos específicos, la fuente de alimentación energética que llevaba dentro suyo estaba programada para sobrecalentarse, lo que reinició momentáneamente su unidad de almacenamiento para ordenarle una instrucción predeterminada: la activación de los rayos láser y su posterior escapatoria-recitó Kenny.
-¡En castellano, por favor!-exigió Ezequiel, con sorna.
-Significa que al despertar perdió la memoria y era incapaz de actuar por si mismo-aclaró Kenny.
-Pero entonces alguien debió ordenarle que activara sus láseres por control remoto, o algo así-sugirió Eseve, no muy convencido.
-Eso es imposible-lo contradijo Kenny.-Se necesita una distancia mínima de cinco metros para activar una orden de manera inalámbrica, y en casa sólo estábamos nosotros y…
-Tipox….-completó Jack’s.
-¡Tipox!-repitió Kenny, comprendiéndolo todo en un instante-. ¡Eso encaja con lo que escuchaste, Eseve! ¡Él nos envió el dinero y los componentes electrónicos, para luego interceptar a X-3 y que nos peleemos por su culpa! ¡Por eso nos estaba espiando!
-No tiene sentido-opinó Ezequiel-. Tipox es muy misterioso, y todo eso, pero, ¿Que ganaría enemistando a unos pibes que apenas conoce?
-¿Que ganaría? Ganaría desviarme de la misión que Ana Vix me encomendó, Ezequiel-le contesto Jack’s.
-No sabemos exactamente que está planeando Tipox-comentó Eseve-, ni cuales son sus intenciones o lo que pretende al entorpecer nuestros pasos. Lo que si es seguro es que a toda costa quiere impedir que concretes tu objetivo, Jack’s-añadió mirando al Amigo Imaginario a los ojos-y creo que vale la pena averiguar porqué.
-Y para eso tenemos que volver a la Mansión Luna a descubrir que se trae entre manos-afirmo Jack’s.
-Hay algo que todavía no entiendo-expresó Kenny.-Si X-3 estaba programado para destruir el dinero cuando Tipox lo activase, ¿Por qué dejó de estar a sus ordenes y ahora nos obedece?
-Si no lo sabes vos, que sos el mas inteligente, no se porque nos preguntas a nosotros-bromeó Eseve.
-Tal vez el tiempo que tenia para controlar a X-3 era limitado-propuso Jack’s.
-No se si tendrá algo que ver-sugirió Ezequiel-, pero cuando llegamos acá de repente apareció Báez. Ya saben, convencido de que es un ladrón y todo eso-añadió, despectivo-. La cosa es que cuando los encontré el muy imbécil había lo había mojado al… aparato este-decía haciendo alusión a X-3-, y como que se iluminó y cayó al pasto apagado. Para cuando llegaron-prosiguió-, ya estaba prendido de vuelta.
-¡Claro que tiene que ver!-exclamó Kenny, sobresaltado-. Si la Fuente de Alimentación Energética lo había sobrecalentado, lo que hizo el agua de Báez fue enfriarlo… Eso lo reinicio tras un breve cortocircuito…
Ahora todo tenia sentido, excepto el hecho que Báez persistiera en su intento de robar infructuosamente.
-Todo eso que cuentan es muy intedesante, ¿No?-se entrometió Cacos, quien no había participado en toda la conversación-. Pedo estábamos pedsiguiendo a Tipox y hace como un cuadto de hoda que se madchó sin espedádnos-afirmó, recordándole al grupo cual era su objetivo.
-Cacos tiene razón-dijo Jack’s poniéndose de pie para entrar en acción-. No hay tiempo que perder. Si hay algo de verdad en lo que nos conto Tipox, se marcha esta misma noche.
-¡No podes permitir que Ana se vaya sin saber esto, Jack’s!-lo exhortó Kenny.
-Hay que detener a Tipox cuanto antes-agregó Eseve.
-Y por supuesto que vamos a estar ahí para ayudarte-añadió Ezequiel haciendo crujir sus nudillos.
-Pod cada segundo que nos quedamos acá sin haced nada, Tipox nos saca ventaja…-les recordó Cacos.
-¡Síganme!-les pidió Jack’s, poniéndose en marcha.
Mientras los cinco jóvenes y X-3 se dirigían rápidamente hacia la Mansión Luna, Jack’s les hablaba de algo que venia meditando mientras seguían a Tipox:
-Si todo sale bien… Es decir, si consigo quedarme con la casa y deshacerme de Tipox… No sé, pensaba que quizás querrían hacerme compañía…-murmuró esperanzado.
-Por supuesto Jack’s-aceptó Kenny-. Seria un placer, ¿Verdad, X-3?
Todo lo que el Amo ordene X-3 lo cumpliraaaá!-aseveró su robot.
-Vendría bárbaro, la verdad-se regocijó Ezequiel-. Mejor eso que vivir con el viejo chiflado de mi maestro…
-¿Sos huérfano?-le preguntó Kenny, compadeciéndose de él.
-No, lo que pasa es que mi mamá murió cuando yo naci y mi viejo está preso.
-Lo siento-se disculpo Kenny.
-No pasa nada. En realidad estoy mejor sin él-dijo Ezequiel con frialdad.
-¿Y ustedes dos?-intervino Jack’s para cambiar de tema, dirigiéndose hacia Cacos y Eseve-. ¿No quieren vivir conmigo en la Mansión Luna?
-A mi me gustadía mucho-se ilusionó el budista Cacos-, podque el tiempo que paso con ustedes es casi como tened amigos…
-¡Cacos! ¿Pero que decís?-se indignó Jack’s, para cortar el incomodo silencio en que los dejo tal afirmación-. ¡Nosotros somos tus amigos! ¿Y vos, Eseve?-se dirigió al aludido:
-No nos dijiste qué querés hacer.
-La verdad, Jack’s…-Eseve se avergonzó, y evito mirarlo de frente-, es que yo ya tengo un hogar, y una familia… No es que no quiera vivir con ustedes-añadió rápidamente, al ver como la sonrisa de Jack’s se desdibujaba-. Lo que pasa es que no podes pretender que mude y deje a mi hermana sola… No se si me entendes…-vaciló, sin saber que decir.
-Si, te entiendo-murmuró Jack’s, desilusionado. Pero se reservó la respuesta porque la puerta verde de la Mansión Luna se erguía ante ellos.
Esta vez, la puerta no cedió con tanta facilidad como la primera vez, y permaneció infranqueable.
-X-3-dijo Kenny en un arrebato de inspiración-, ¿Te importaría destruir el picaporte con tus rayos láser?
-¡Sus deseos son órdeneees!­-aceptó encantado X-3, disparando su mirada hacia la puerta. Y en un rápido fogonazo rojizo un hueco humeante reemplazó la cerradura, esfumándose con tanta rapidez como los incinerados billetes falsos.
Jack’s fue el primero en entrar. La sala de estar permanecía en penumbras. Siguieron el rastro de un haz de luz proveniente de la habitación contigua. Armándose de valentía y sin estar seguro de que lo esperaría tras la puerta, la atravesó, seguido de sus amigos.
Ya había dos personas adentro, en plena discusión. Uno de ellos era Tipox, quien lo observaba con una mezcla de asombro y disgusto. Quien lo acompañaba, se llevó una mano al corazón al verlo. Era Ana Vix
 
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